
Bella, retorcida, colorida, compleja, con luces y sombras… Como la realidad misma. Por mucho que algunos se empeñen en ver sólo sombras, o sólo luces, o en elaborar una mirada simplista de la realidad, eso que acaban viendo no es real.
Ni querer ver sólo la luz, ni reducir la realidad a sombras, ni mirarla como si fuera de un solo color, sino asumir la realidad tal como es..
En su complejidad, en toda su belleza.