
En una costumbre que parece consolidada en muchos países, las asociaciones médicas se dirigen a sus gobiernos con documentos técnicos en torno a diferentes temas de su ámbito de actuación, con ocasión de la elaboración de presupuestos o de procesos electorales en ciernes. Así lo hizo la Asociación Médica Canadiense hace unos meses en relación a la calidad de la atención a las personas mayores, y ahora se felicita de que el análisis de la Comisión sobre Recursos Humanos, Habilidades y Desarrollo Social y la Situación de las Personas con Discapacidad del Parlamento canadiense haya asumido muchos de los argumentos presentados.
Un buen ejemplo de una sana colaboración entre política y sociedad civil que se echa de menos, y mucho, en nuestro país, en el que las Administraciones parecen actuar al margen del trabajo de las organizaciones sociales.